Cualquiera puede cometer errores en asuntos patrimoniales, pero no necesariamente tú
6 de junio de 2016
La adultez trae consigo ciertas responsabilidades financieras como la elaboración de presupuestos, apertura de cuentas bancarias y seguros pertinentes. Es sorprendente ver la poca cantidad de gente que considera agregar una planificación patrimonial a esa combinación de asuntos esenciales.
De hecho, una reciente encuesta (http://abcnews.go.com/Business/story?id=86992) de ABCNews concluyó que aproximadamente solo 50 por ciento de los estadounidenses han redactado un testamento y una cifra considerablemente menor ha preparado documentos de respaldo patrimonial, como un testamento en vida o un poder.
Prepararse con anticipación para el final de su vida o para una enfermedad puede que no sea divertido, pero es necesario. Contar con un plan para el futuro le dar tranquilidad e incluso lo encaminar hacia una seguridad financiera más salida. Además, ser de ayuda para quienes usted más quiere. Todos hemos escuchado historias que nos sirven de advertencia sobre parientes o amigos que no dejaron un testamento y de las situaciones difíciles que los familiares tuvieron que afrontar, pudiendo haberlas evitado.
Entonces, ¿por qué no empezar con la planificación patrimonial? Se trata de redactar documentos cuidadosamente, pero la planificación subyacente es lo que realmente cuenta. Le recomiendo que acuda a un profesional calificado en impuestos o bienes patrimoniales en su estado lo antes posible, para garantizar que la planificación satisfaga sus necesidades y la de sus seres queridos. A continuación, una explicación más detallada.
Un testamento es el punto de partida. Los testamentos por lo general son el documento más abarcador que canaliza el resto del proceso de los bienes patrimoniales de una persona. Un testamento, generalmente, estipula lo siguiente:
- Detalla la manera en que quieres distribuir tus bienes entre personas o instituciones específicas al fallecer.
- Si tiene hijos menores de edad, le permite nombrar un responsable legal para cuidar de ellos en caso de fallecimiento o incapacidad. También establece quién administrará los bienes de tus hijos, es decir, lo que les dejarás.
- Le permite nombrar un albacea, una persona de confianza que cumplir con todo lo que usted especifique en el testamento.
Si falleces y no tienes un testamento vigente, el sistema judicial de tu estado podrá intervenir en la distribución de tus bienes según las leyes de sucesión establecidas.
Un testamento en vida, también conocido como directivas anticipadas, te permite definir el tratamiento médico que deseas recibir ante situaciones específicas, como una lesión irreversible o una enfermedad terminal. Dependiendo de las leyes estatales, con los testamentos en vida usted puede expresar con exactitud sus deseos en lo que respecta a alimentación, asistencia respiratoria y otros procedimientos de soporte vital, además de cómo desea que se lleven a cabo al momento de tomar ciertas decisiones sobre su atención. El testamento en vida también puede suministrar información sobre los medicamentos analgésicos o medicamentos antiinfecciosos que quieras que se te administren o no, además de otras instrucciones específicas con respecto a tus restos, que incluyen la entrega de los restos a tus familiares o la donación a los efectos de la investigación médica.
Los poderes son documentos legales que te permiten nombrar a una persona específica para que asuma la responsabilidad de la administración de tu dinero y atención médica, en caso de quedar incapacitado. Lo más recomendable en este caso es buscar la asesora profesional de un abogado calificado en bienes patrimoniales y fideicomisos para la elaboración de estos documentos. La persona que usted designe como apoderado de salud ser responsable de hablar con los médicos y hacer cumplir su voluntad con respecto a los diversos tratamientos; la persona que designe como apoderado financiero ser responsable de pagar sus cuentas y, según las responsabilidades que usted especifique para dicha persona, de manejar sus inversiones y negocios. Ambas tareas son extremadamente importantes y deben ser desempeñadas por gente de tu confianza; por eso es necesario informar a esas personas. Haz que participen en la preparación de tu planificación patrimonial para que sepan cómo intervenir y llevar a cabo eficientemente las tareas que les encomiendes.
Resultado: La planificación patrimonial es el último paso de responsabilidad en toda buena preparación financiera. Posiblemente no sea muy agradable hacerlo, pero es esencial para el cuidado de tu familia y de tus seres queridos, además de brindarles ayuda para cuando ya no estés.
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